Cuatro formas en que las redes sociales han revolucionado la producción de vídeo

A lo largo de la última década, las redes sociales han cambiado mucho: desde la forma en que nos comunicamos, hasta la manera en que ingerimos las noticias y la forma en que compramos. Aplicaciones como Facebook, Snapchat e Instagram se han convertido también en centros de contenidos de vídeo. Aunque Youtube sigue siendo el líder en cuanto a número de espectadores, con mil millones de horas de contenido visto diariamente, estas plataformas son cada vez más amigables con el vídeo y, a su vez, se convierten en las plataformas preferidas por los creadores de contenido de vídeo. Pero a medida que las plataformas cambian, también lo hace el formato. Un vídeo alojado en Youtube puede no funcionar tan bien en los canales sociales porque la forma de ver estos vídeos es diferente, señala la productora audiovisual Leovel. Los factores más importantes son la relación de aspecto, el sonido y la duración.

1.Vídeo vertical

Snapchat es, sin duda, el campeón de los vídeos verticales. La aplicación no da opción porque, a diferencia de los vídeos de Youtube o Facebook, no cambia su orientación cuando se voltea el teléfono hacia un lado, por lo que está atrapado en una relación de aspecto de 16:9. Esto no parece alejar a los usuarios y a los vendedores de la aplicación. Snapchat recibe 10.000 millones de visitas diarias, y aunque muchas de ellas son vídeos generados por los usuarios y compartidos entre amigos, se calcula que los anuncios basados en Snapchat se ven hasta un millón de veces al día, y es probable que esa cifra aumente. Snapchat tampoco es la única aplicación que se está adaptando a esta relación de aspecto basada en la pantalla del móvil. La función «historias» de Instagram, criticada por parecerse mucho a la interfaz de Snapchat, también limita a los usuarios a grabar en la proporción 16:9.

Esta opción es una elección muy deliberada, porque esencialmente no hay manera de crear contenido que pueda ser visto verticalmente y también en una relación de aspecto tradicional de paisaje, por lo que es importante ser estratégico sobre cómo y cuándo usar este formato. Mucha gente, está ávidamente en contra del vídeo vertical y lo ve como un error de aficionado cuando se trata de grabar vídeo en teléfonos. Si bien esto puede ser cierto en algunos casos, cuando es intencional puede funcionar.

  1. Sonido

El visionado de contenidos de vídeo ha pasado de ser algo que se hacía principalmente en casa en un ordenador de sobremesa o portátil a un pasatiempo sobre la marcha. Los contenidos de Facebook, en particular, son cada vez más intensos en vídeo, pero su uso también es cada vez más móvil, lo que significa que el contenido se consume sobre la marcha y, a veces, sin acceso a auriculares.

Dicho esto, los espectadores siguen esperando el sonido cuando quieren oírlo, por lo que el reto consiste en crear contenidos que sean atractivos y claros con y sin sonido. Los subtítulos y otros textos y gráficos son una buena manera de afrontar este reto, pero es importante mantenerlo lo más limpio posible. Los vídeos que dependen del diseño del sonido tienden a ir peor en estas plataformas. Si es imposible ajustar el vídeo para que sea silencioso, puedes considerar el uso de un subtítulo que avise a los espectadores de que deben reproducir el vídeo con sonido para que no se pierdan los mensajes vitales que intentas compartir.

  1. Vídeo cuadrado

Otra relación de aspecto atípica que se está utilizando mucho últimamente es la relación 1:1, preferida por Instagram, o vídeo cuadrado. Al igual que el vídeo vertical, este formato también se reproduce mejor que las relaciones de aspecto tradicionales en la aplicación móvil de Facebook. Mientras que Instagram y Facebook te permiten publicar un vídeo en formato 16:9 o 4:3, la proporción 1:1 maximiza el espacio de la pantalla. También significa que tu espectador tiene que hacer menos trabajo al no tener que voltear su pantalla para ajustarse. Como en la mayoría de las tendencias digitales, la inmediatez y la comodidad son la clave.

Esto puede suponer un reto a la hora de grabar y editar tu vídeo, porque lo más probable es que lo alojes en plataformas como Youtube o Vimeo, que funcionan mejor con relaciones de aspecto tradicionales. Tendrás que comprometer tu composición cuando ajustes las proporciones, perdiendo los bordes de la pantalla. Si sabes que lo más probable es que tu vídeo acabe en las redes sociales, ten en cuenta a la hora de grabar que nada crucial para la escena tenga lugar en los bordes del encuadre. Si mantienes la acción centrada, cuando recortes a 1:1, no perderás claridad ni calidad. O bien, filma tu contenido en una proporción 1:1 desde el principio.

  1. Tiempo

Otro gran reto al que se enfrentan los creadores de contenidos es el compromiso y la finalización del vídeo. De media, sólo el 37% de los espectadores ven un vídeo online hasta el final. Lo más probable es que cuanto más largo sea tu vídeo, menor será tu tasa de finalización. El punto óptimo para el contenido social suele ser menos de dos minutos. Para transmitir un mensaje importante en poco tiempo, la narración debe estar bien planificada.

Empieza tu vídeo con fuerza y capta la atención en los primeros 10 segundos. Las pantallas de título y las introducciones lentas, aunque crean expectación, pueden no captar la atención de alguien que hojea sus noticias. También es importante recordar que, en Facebook e Instagram, los vídeos comienzan a reproducirse a medida que se avanza, por lo que tienes el potencial de atraer a espectadores que podrían no haber hecho clic en el botón de reproducción. Nunca dejes una llamada a la acción o un mensaje importante para el final, ya que lo más probable es que no lo vea una gran parte de tu audiencia.