El Instituto Tecnológico de Massachusetts ha anunciado recientemente lo que podría ser un gran avance en la industria de la energía solar:
Han conseguido desarrollar unas células solares fotovoltaicas tan ligeras… que son capaces de colocarse encima de una pompa de jabón sin hacerla estallar.
Por supuesto, la tecnología aún es experimental y podría requerir unos cuantos años más de desarrollo antes de estar lista para su fabricación a gran escala, pero será revolucionaria una vez que se lance comercialmente.
¿Cómo se crean las células solares ligeras?
Básicamente, el proceso consiste en producir la propia célula solar, el sustrato que la soporta y el recubrimiento protector en un solo paso. Tanto el sustrato como el revestimiento están hechos de un polímero llamado parileno, y como capa de absorción de la luz se utiliza un compuesto orgánico llamado DBP.
A diferencia del proceso tradicional de fabricación de células solares fotovoltaicas, que requiere productos químicos muy corrosivos y conlleva altas temperaturas, estas células solares ligeras se producen a temperatura ambiente y dentro de una cámara de vacío, depositando las tres capas respectivas a partir de vapores. La mayor parte de la reducción de peso se debe a que las células solares ligeras no utilizan vidrio como los módulos tradicionales.
La reducción de peso por vatio instalado es realmente impresionante, señala MLG Electrosolar: mientras que la tecnología tradicional de silicio cristalino suele producir unos 15 vatios por kilo de módulos, esta nueva tecnología puede alcanzar los 6 vatios por gramo.
En otras palabras, las células solares ligeras producen 400 veces más energía por unidad de peso. Para ejemplificar lo drástico que es esto: un sistema de 3 kilovatios, que actualmente pesa unos 200 kg, sólo pesaría unos 500 gramos con esta tecnología.
Básicamente, se puede instalar en cualquier estructura sin preocuparse de que pueda soportar el peso.
Estos factores ayudarían a que la tecnología fotovoltaica fuera aún más «verde». Los módulos fotovoltaicos tradicionales son respetuosos con el medio ambiente en cuanto a su funcionamiento, pero su proceso de fabricación no lo es, ya que consume mucha energía e implica productos químicos peligrosos.
Además, los módulos fotovoltaicos tienen que ser enviados al lugar donde se van a instalar, lo que requiere combustible. Sin embargo, si la tecnología es cientos de veces más ligera, también resulta mucho más fácil y barata de transportar, por kilovatio instalado.
Qué significan las células solares ligeras para el sector
Los módulos solares ligeros reducirían los costes de instalación. En la actualidad, las células solares fotovoltaicas tradicionales son bastante baratas. Sin embargo, un sistema fotovoltaico en funcionamiento para un hogar o una empresa puede ser muy caro.
La mayor parte del coste la representan los dispositivos complementarios, como el inversor y la estructura de estanterías, así como la mano de obra y los gastos generales del contratista que instala el sistema. Los módulos solares ligeros reducirían mucho los costes de instalación:
-Dado el bajo peso de estas células solares fotovoltaicas, ya no sería necesario reforzar los tejados de las casas y empresas ni instalar estructuras de estanterías. Ahora sería posible imprimir directamente el módulo fotovoltaico en el tejado existente o, incluso mejor…
-se podrían fabricar materiales para tejados con una capa fotovoltaica integrada, lo que abarataría aún más la instalación de esta tecnología.
-Una instalación más sencilla también significa que se necesitan menos horas de trabajo para desplegar un sistema solar fotovoltaico funcional, y menos horas de trabajo se traducen en menores costes. Los contratistas cobrarían menos por la instalación de estos sistemas fotovoltaicos, simplemente porque la instalación es más fácil y rápida.
De hecho, estos módulos fotovoltaicos ligeros no se limitarían sólo a los tejados, sino que podrían integrarse básicamente en cualquier tipo de estructura que tenga una superficie expuesta al sol.
Su bajo peso por vatio instalado los haría aptos para su uso en el transporte. Por el momento, no sería la mejor idea instalar células solares fotovoltaicas en un coche, por ejemplo; el peso añadido probablemente haría que el vehículo gastara más energía de la que produce el sistema solar fotovoltaico.
Sin embargo, con las células solares ligeras el aumento de peso apenas se nota y resulta más rentable desplegar sistemas fotovoltaicos en el transporte.
Los dispositivos electrónicos de mano también se beneficiarían de esta tecnología, ya que las células solares pueden imprimirse directamente en ellos. También sería posible fabricar un cargador portátil imprimiendo estas células en una gorra o una camiseta.
Las células solares fotovoltaicas ligeras también podrían tener un impacto considerable cuando se combinan con los vehículos eléctricos. Imagínese un vehículo eléctrico que pueda recargarse solo con la exposición a la luz solar, sin necesidad de invertir en costosas estaciones de carga y un sistema fotovoltaico independiente. El propio coche integra las células solares y el cargador de la batería.